"Set in Guatemala, 1954, at the time a U.S. funded government overthrow of left-wing president Jacob Arbenz, it chronicles the struggles of a pre-adolescent boy to grow up in a tumultuous time. Neto, at the funeral of his uncle Ernesto is suddenly visited by his uncle's ghost. Their conversation becomes a flashback of six months earlier. The memory follows the changes wrought by the intervention of U.S. military and local troops as the coup begins. Neto's family's life is profoundly affected by the military action. Neto's father, a teacher, loses his job to military personnel. His classmates and their families begin to disappear. Neto and his family must flee their city. There is also conflict between his father and uncle, His father has always put his responsibility to his family ahead of all else and his uncle has wandered the world attempting to find himself. Neto has asthma and the women in his family smother him with concern".
I watched it with my Mom and Dad who were teenagers during the time the movie takes place. During the whole moving they kept saying "justo así era" (that was exactly right). Undoubtedly it won't arise the same passion to somebody that knows less about Guatemala but on the other hand it is a good way to know where Guatemala is coming from.
My mom vividly remembers the air attacks. Guatemalans, we have a way to turning tragic into something to laugh about, they would refer to the bombarding planes "sulfato" (sulfate) because they scared you so much they made you go to the bathroom. She says when they heard them someone would yell "El Sulfato" and they all ran to take cover under the beds, after that they came out and kept on playing or going about their business!
Awards and Recognitions
OFFICIAL SELECTION 1995 of the Sundance Film Festival
QUIJOTE AWARD - Huelva Film Festival, Spain;
SPECIAL JURY AWARD -Biarritz Film Festival, France;
BEST FILM - New York Latino Film Festival;
BEST OPERA PRIMA - New England Film Festival;
SPECIAL MENTION - Puerto Rico International Film Festival.
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Hace algunos años, el director guatemalteco Luis Argueta nos obsequió El Silencio de Neto, obra que será por siempre recordada como pionera de la cinematografía chapina. En ella, Argueta nos pinta un cuadro bastante realista de los elementos que componen la idiosincrasia guatemalteca, sin sabores ni colores artificiales. Es muy probable que el título de la película sugiera que los guatemaltecos somos de por sí dados a permanecer en silencio ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Hoy por hoy sabemos muy bien -tal y como ocurre en la película-, que el silencio también tiene sus consecuencias.
Dentro de su contexto histórico, la obra de Argueta nos permite observar -desde los ojos de Neto- los sucesos de 1954. Y es que a pesar de no tratarse de una película política, El Silencio de Neto nos da (especialmente a los que nacimos muchos años después) una fotografía de la situación política de esos días.
La intervención de 1954, que resultó en la caída de Arbenz- fue sin lugar a dudas el evento histórico más importante del Siglo XX para el país; prácticamente todo lo que ocurrió después, incluyendo las secuelas de la guerra (que aún sufrimos hoy en día), puede trazar su origen a la intervención del 54.
Ante otro aniversario de la mal llamada liberación, la importancia de conocer la verdadera historia es más vigente que nunca. Primero nos permitiría conocer los logros impresionantes de la Revolución del 44, la madurez política que se alcanzó hace 60 años (y que no hemos sido capaces de replicar), y la magnitud del retroceso que el colapso de la Revolución del 44 representó y aún representa para los guatemaltecos. En segundo lugar, los sucesos del 54 son importantes porque fueron el embrión de la guerra interna, cuyas consecuencias aún vivimos hoy en día en forma de violencia y pobreza extrema.
Por muchos años, los sucesos de 1954 y sus secuelas han sido ampliamente documentados, aceptados y discutidos fuera de Guatemala. Desgraciadamente, el hecho histórico que ha afectado la vida de los guatemaltecos más que ningún otro es virtualmente desconocido en el país. Esto se explica en parte, en que, los grupos de poder que se beneficiaron –y aún se benefician- de la intervención han deliberadamente evitado que las interioridades de los sucesos del 54 se debatan públicamente. La “versión oficial” es aún la misma de los de la “liberación”. Esto ha resultado en que muchísima gente crea que los hechos del 54 no son relevantes, ni tienen nada que ver con la situación actual: la ignorancia que garantiza la repetición de la historia.
Pero otra razón por la que los chapines no nos interesamos en la historia es nuestra comodidad atávica con el silencio. Y es que conforme pasó el tiempo - y para nuestra mala fortuna-, el silencio nos evolucionó en indiferencia. Hoy en día para nuestra desgracia, la indiferencia se nos convirtió en indolencia.
http://hunapu-e-ixbalanque.blogspot.com/2006/06/la-indolencia-de-neto-52-aos-despus.html
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